Desde adolescente surgió en mí el interés por entender como funcionan las mentes de las personas. Y, a la vez, me apasioné por la danza, el cuerpo y el movimiento.

Después de estudiar la carrera de Psicología en Madrid, inicié la formación de Danzaterapia en Zaragoza y un proceso terapéutico profundo de corte gestáltico y sistémico en Pamplona y fue, a partir de entonces, donde pude unir mis dos pasiones: la mente y el cuerpo.

Actualmente trabajo desde la concepción de que mente y cuerpo son indivisibles y es el trabajo con ambos el que me permite acompañar de un modo más profundo e integral a las personas en sus procesos terapéuticos y recorridos vitales.

Mi andadura laboral comienza y transcurre en La Rioja, siempre ligada al mundo del autismo, primero con personas adultas en una residencia y centro de día y más tarde coordinando un centro terapéutico para niñxs mayores de 6 años y adolescentes. Fue ahí donde, trabajando codo a codo con un psicomotricista, tuve la suerte de conocer la psicomotricidad vivenciada y comprobar sus efectos terapéuticos en el desarrollo socio emocional de lxs niñxs y adolescentes con autismo.

Otra parte importante de mi trabajo ha sido la intervención con los centros educativos y con las familias de estxs niñxs y adolescentes. Y fue aquí cuando comencé a ver la necesidad de ampliar el foco y me formé en Terapia Familiar Sistémica.

Actualmente entiendo y abordo el acompañamiento a niñxs y adolescentes desde esta mirada para que los procesos de transformación puedan ser más profundos y duraderos.

También he facilitado en La Rioja sesiones de danzaterapia individuales, grupales y familiares, donde he disfrutado de poder acompañar a las personas a descubrir como la danza puede ser una placentera y profunda herramienta de autoconocimiento.

Ahora comienzo con ilusión una nueva etapa vital en Barcelona y a nivel laboral, en Senda, un regalo para mí donde poder seguir creciendo y contribuyendo al acompañamiento respetuoso de la infancia y la adolescencia.