Isabel
Rodríguez
Fernández
Maestra de Educación Infantil.
Psicopedagoga.
Fundadora y Jefa de Estudios de Primaria en la escuela Congrés Indians.
Autora del blog de contenido pedagógico, didáctico, psicológico y humano.
Se ha formado en diversos proyectos y líneas pedagógicas en España y en el extranjero (Summerhill, Antzuola, escuelas de Finlandia, de Reggio Emilia, León Dormido en Ecuador).
Nací y crecí en un barrio de la periferia de Barcelona en un momento que no se cocía nada bueno en sus calles. Aún así, la escuela pública a la cual asistí fue pura vida para unos niños y niñas que, en muchos casos, no tenían muchos motivos para mantener viva la llama de su propia infancia.
Desde entonces, fui consciente de cómo puede cambiar la vida si, en alguno de los escenarios que habitan los niños, imperan las actitudes saludables de los adultos. Desde mi infancia, por tanto, me di cuenta de cómo la cercanía, la autenticidad y el vínculo con el adulto podían ser sanadores o altamente preventivos.

Jamás, por eso, me imaginé que sería maestra o me dedicaría al ámbito de la educación de la psicopedagogía. De hecho, cuando me imaginaba de adulta me soñaba viajando en una caravana haciendo dibujos o escribiendo cuentos.
Fue más tarde, en el instituto, cuando empecé a entender con más profundidad que papel había jugado la escuela en mi vida y, al ver una exposición que un profesor había montado sobre la explotación infantil, me sentí en deuda con los niños y con las siguientes generaciones que venían tras de mí. Me sentí responsable de dejar un mundo mejor tras mis pasos, tal y como otros adultos habían hecho antes de mí.
Así fue como me matriculé en la Facultad de Educación de la Universidad de Barcelona para estudiar y acabar siendo Maestra Especializada en Educación Infantil. Allí tuve la suerte de encontrarme con otras estudiantes apasionadas e implicadas con las cuales pasé horas debatiendo y creciendo personal y profesionalmente. También encontré profesoras y profesores que me hablaron de proyectos maravillosos, de experiencias y pedagogos significativos y me crucé con sus obras y sus vivencias.
Una vez finalizada la carrera, me sentí que no era suficiente lo que sabía y que necesitaba aprender mucho más y me matriculé en Psicopedagogía en la Universidad de Barcelona también. Allí cursé un par de años y me encontré algunos profesores que también me abrieron puertas y me hicieron cuestionarme muchos principios y valores personales y profesionales. Toda esa formación fue derrotando resistencias propias, descubriéndome nuevas formas de ser y de sentir y algo en mí se fue desmontando.
Empecé, entonces, a trabajar primero en comedores escolares y casales de verano y, finalmente, entré en el circuito de las sustituciones en la educación pública. Nunca pensaba yo que acabaría opositando porque para mí era más importante mantenerme sin ninguna atadura, pero hubo algo que me convenció de hacerlo. Estuve de sustituta un año entero en una escuela. Allí vi cosas que no me gustaron y también cosas que se podían mejorar, sabía que podía aportar mi punto de vista pero apenas era escuchada porque en mí se veía como una mera circunstancia pasajera. Así decidí sacarme las oposciones, para poder implicarme de verdad en algún proyecto y garantizar la continuidad de mi compromiso.
Tuve suerte porque, una vez aprobadas las oposiciones y aceptada en el cuerpo de funcionarios, llegué a una escuela de la periferia de Barcelona que me recordaba, inevitablemente, mi infancia y mi propia escuela. Allí me acabé de desmontar del todo y me encontré de cara y sin remedio con mi propia vulnerabilidad. Los niños y las niñas que habitaban esa escuela me mostraban las mismas historias que habían vivido mis compañeros de infancia e, incluso, yo misma. Ya no había vuelta atrás, tenía que empezar a mirarme a mí misma para ser una adulta saludable con cosas que aportar.
Inicié todo un proceso personal denso que, a día de hoy, aún continua vigente y, finalmente, se abrió la gran oportunidad de formar parte del equipo que iniciaba la escuela Congrés-Indians. Las personas que lo integraban me parecían magníficas, estimulantes, provocadoras, llenas de ilusión y con muchas ganas de aprender y la idea de idea de iniciar algo desde cero me seducía irremediablemente: aparecía un lienzo en blanco ante mis ojos y, aunque mi tarea como maestra tenía mucho sentido en la escuela en la que estaba, no me pensé dos veces lanzarme al vacío y aprovechar esa oportunidad.
Con esta puerta que se abría también se tejió una nueva responsabilidad y el reto de formarme profundamente en diversos ámbitos y muy al margen de lo que se considera convencional. Fue cuando vi claro que había que superar las fronteras peninsulares y visitar otros países, otras escuelas y otros modos de entender la educación. De algún modo, así se cerró un ciclo y me convertí en aquello que soñaba en mi más tierna infancia: una viajera con la mochila a cuestas con ganas de explorar.
Visité las escuelas de Reggio Emilia en Italia, Summerhill en Inglaterra, Escuelas de Finlandia, el Proyecto Integral el León Dormido y realicé diversas formaciones en escuelas como el Roure, entre otras. Yo ya era una lectora empedernida, pero el estímulo de la creación de una nueva escuela me convirtió en una verdadera adicta y, mientras, después de unos cuantos parones, finalicé la carrera de Psicopedagogía en la UOC.
Todo esto sumado a llevar, en paralelo, un proceso de autoconocimiento personal a través del análisis junguiano, me han ido conformando como profesional y como persona siendo un reto constante el no dejar de ir creciendo en todos los ámbitos que se integran en mi ser.
Mi hijo mayor se podría decir que es el bloc “Cafè pedagògic” donde he ido dejando constancia de mis reflexiones, experiencias y aprendizajes. Y, últimamente, me encuentro imbuida en una nueva aventura: la llegada y cuidado de mi hija y mi descubrimiento de una nueva faceta de mí misma, la maternidad.
En resumidas cuentas como maestra he ejercido, mayoritariamente, como tutora en diversos niveles (tanto de infantil como de primaria), he participado en proyectos como “Cinema en curs” y hace poco me estrené como Jefa de Estudios de primaria en la escuela que inicié junto con mis compañeras centrándome, sobre todo, en el acompañamiento de los maestros y maestras y en la formación interna. He escrito artículos para revistas como Kireei y también he participado como ponente en diversas jornadas como “Insólitas Miradas” organizadas por DIIP o “Dels Racons als Ambients” organizadas por la asociación de maestros “Rosa Sensat”.
Y ya, para acabar, ha sido en la escuela Congrés-Indians donde también me encontré con Verónica Antón que me ofreció la oportunidad de formar parte de su equipo en el Centro de Acompañamiento al Niño y a su Familia y donde espero ofrecer lo mejor de mí misma, mi energía y mi ilusión como formadora.