Desde entonces y hasta ahora, el acompañamiento terapéutico, el preventivo y el que denominamos comúnmente educativo, juegan entrelazados en mi práctica cotidiana.

Comencé a formarme como Educadora Infantil en 1998 en Euskadi, mi tierra natal. Estos primeros estudios me llevaron a revivir con intensidad mi propia experiencia y, con ella, a replantearme seriamente las líneas pedagógicas oficiales, observando la necesidad de una metodología de acompañamiento a la infancia con una visión más integrada del Ser.

Aprendí a valorar la razón y el conocimiento en una interrelación constante con los niveles corporal, afectivo, emocional y energético, teniendo en cuenta que la suma de las partes forma un Todo indisoluble con un sentido aún mayor y más equilibrado cuando es considerado en su conjunto.

Intuyendo la importancia de la Función del Cuerpo como continente físico de este Todo, entre 2001 y 2003 viajo a Barcelona, donde comienzo en la U.B. mi primera especialización como Psicomotricista en las Áreas Educativa, Preventiva y Terapéutica.

Más adelante, entre 2014 y 2016 continúo profundizando y especializándome como Terapeuta en la Práctica de Ayuda Psicomotriz Aucouturier, en la AEC – Barcelona, Escuela que nace integrada en la ASEFOP – Association Europénne des Ècoles de Formation à la Practique Psycomotrice, en Francia.

Tras establecerme en Barcelona, entre 2006 y 2011 tengo el privilegio de formar parte como Educadora del equipo educativo de La Caseta, proyecto innovador y pionero en cuanto a investigación, práctica y formación en pedagogía libre, respetuosa, viva y activa. Fueron años de mucho aprendizaje conjunto, entre equipo, niños y familias, donde el juego espontáneo y las bases de acompañamiento psicomotriz se asentaron como puntos referenciales en mis principios metodológicos.

Durante varios años continué en colaboración con varios proyectos – escuela de nueva creación y, recientemente he tomado parte en el nacimiento de Nuna, proyecto para niños y niñas de 3-6 años y sus familias, que está creciendo en Sant Cugat del Vallès, Barcelona.

Paralelamente a mi labor en el mundo del acompañamiento en educación, entre los años 2006 y 2014 me formo como Terapeuta en la Escuela de Integración Psico – Corporal (ETIP), dirigida por Marc Costa, en Barcelona. La IPC se define como una nueva psicoterapia fundamentada en el paradigma de la Biología Evolucionista Sistémico – Ecológica.

Sus bases teóricas y metodológicas de carácter profundo, humanas e implicadas en la relación terapéutica con adultos, se alían en tándem con mi práctica terapéutica como Psicomotricista con Niños y sus Familias.

A nivel particular, atiendo como Terapeuta de Integración Psico – Corporal consultas individuales para adultos que sienten el interés y/o la necesidad de realizar acompañados un proceso personal.

En la línea de favorecer la conexión natural con nuestro propio cuerpo y el desarrollo de un movimiento autónomo ajustado a cada ritmo particular, me intereso por los planteamientos de Emmi Pikler y, en 2013, viajo a su Instituto para formarme en la Fundación Lóczy de Budapest.

Actualmente y desde su inauguración en 2014, formo parte con ilusión y dedicación del Equipo de SENDA, Centro de Acompañamiento a la Infancia y la Familia, dirigido por Verónica Antón.

Junto con mis compañeras, pongo énfasis y cuidado en acompañar los procesos de cada niño atendiendo a la importancia de sus bases vinculares primarias, siendo muy consciente de que la evolución de los pequeños dentro del sistema familiar necesita y se beneficia del compromiso y la implicación de cada uno de sus miembros.

En SENDA, además de mi labor terapéutica en calidad individual y de pequeño grupo, desempeño una vertiente preventiva, coordinando y acompañando grupos de Psicomotricidad en Familia de manera regular, actividad que desde hace años también desarrollo de forma puntual en otros centros de carácter tanto público como privado.