Elegir la escuela para tu hijo o hija es una de las decisiones más importantes y todo un desafío en estos tiempos donde hay discursos tan similares en unas y otras. Hoy te compartimos nuestra reflexión, muchas preguntas y algunas ideas que te pueden servir de guía para esta elección.
Más allá de que las escuelas compartan el currículum, el “cómo” se llega y a “dónde” se llega es algo que tenemos que tener en cuenta a la hora de elegir. Qué se prioriza, cómo y cuándo se llegan a adquirir estos conocimientos o competencias hace la diferencia.
Y esta diferencia está dada por lo que se pone en el centro o se prioriza a muchos niveles.
En el aspecto cognitivo o intelectual: ¿enseñamos a pensar, a razonar, nutrimos y trabajamos a partir de la curiosidad de las criaturas, de sus intereses o apostamos por la incorporación de contenidos predeterminados y poniendo en valor la precocidad o la acumulación de las adquisiciones, como si se tratara de una carrera contra el tiempo?
En el aspecto corporal: ¿pretendemos que los y las niñas precozmente incorporen una disciplina, estén quietos/as buena parte de la jornada como forma de obediencia a las dinámicas adultas o apostamos por procesos de construcción y desarrollo de una autorregulación también considerando las necesidades del grupo y del entorno?
En la dimensión emocional: ¿realmente se acompañan los procesos relacionales y emocionales de las criaturas o se pone el énfasis en la “educación” de las emociones centrándose en actividades y “trabajo” para aprender, como si se tratara de algo que hay que saber gestionar y controlar, siendo un aprendizaje que viene pautado desde el exterior?
Estamos en temporada de “puertas abiertas” de las escuelas, y partiendo de confiar en las mejores intenciones, cada una preparará los espacios y los discursos para presentarse a las familias y mostrar su mejor cara, sus fortalezas, lo actualizado e innovador de sus propuestas.
La cuestión es que hoy en día los discursos están resultando muy parecidos y algunas veces esto genera confusión, porque realmente si todas dicen algo muy similar en qué nos basamos para elegir y qué es lo que realmente nos encontraremos en la práctica.
Son pocos los proyectos que no hablan de poner a la criatura en el “centro”, de respetar sus necesidades, de respetar sus tiempos y ritmos en los aprendizajes, de educar las emociones. Pero demos una vuelta más a estos “tópicos” y discursos, y reflexionemos sobre ello para que no sean palabras o conceptos que se vacíen de contenido.
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Poner a la criatura en el centro respetando sus necesidades evolutivas
Por centrarnos en un aspecto importante pero no el único, un proyecto educativo que contemple las etapas evolutivas no exigirá a una criatura de ciclo infantil que esté sentada en sillas y mesas durante cada jornada durante tiempos prolongados. Los tiempos de estar sentadas en sillas en las aulas de criaturas pequeñas los tendríamos que dejar para ocasiones puntuales, para actividades que requieran esta postura corporal, que tenga un sentido claro, pero no tendría que ser ni mucho menos la mayor parte de la jornada.
Naturalmente las criaturas a medida que crecen y se desarrollan, si están en entornos suficientemente estimulantes, preparados y relajados, progresivamente irán evolucionando en la regulación del movimiento y la quietud. Apoyándose en su propio deseo y necesidad, dedicarán progresivamente más tiempo a aquello que les interese explorar con más profundidad, esto es algo que forma parte del desarrollo y que no hace falta “empujar”.
Esto lo podemos observar cuando vemos el tiempo que dedica espontáneamente una criatura pequeña a un dibujo, y el tiempo que le puede dedicar también de forma espontánea un niño o niña de 8 o 9 años si disfruta de esta actividad.
Entonces cuando observemos las aulas de infantil veamos la organización del espacio y a qué se le da prioridad.
¿Vemos un aula donde el espacio está principalmente ocupado por mesas y sillas o vemos una diversidad de opciones: alformbras, cojines, rincones para dibujar y pintar, para hacer construcciones, para jugar con telas y disfraces, para leer, para explorar letras y números, etc.?
¿Espacios y materiales que ofrecen una diversidad de posturas corporales y posibilidades con autonomía o espacios en donde todo depende de la iniciativa de la persona adulta que trae la propuesta y los materiales a las mesas y a la sillas?
Poner a la criatura en el centro respetando sus ritmos y tiempos
¿Qué implica respetar los ritmos y tiempos en relación al desarrollo cognitivo y los aprendizajes formales?
Estamos en una sociedad que premia la rapidez, la precocidad en la infancia, pero lo que no se considera es que esa precocidad cuando viene estimulada desde fuera y no responde a un ritmo interno, no es para nada beneficiosa. Por ejemplo si el entorno (escolar o familiar) centra la estimulación en la lecto escritura puede que las criaturas avancen en esta área más rápido de lo esperado, pero ojo, esto estará implicando siempre “recortar” estímulos y tiempo de exploración de otras áreas, y por lo tanto podemos estar comprometiendo un desarrollo global más armónico por conseguir leer y escribir antes de lo esperado para el desarrollo.
Desde todas las disciplinas que estudian el desarrollo infantil (psicología, psicopedagogía, psicomotricidad, etc) se reconoce la importancia de estimular el desarrollo en una dirección que implique ir de lo global a lo específico y esto lo podríamos ejemplificar de diversas formas.
Por ejemplo, en el área motora sabemos que una criatura que explora en profundidad el movimiento de todo su cuerpo y desarrolla una buena motricidad gruesa, estará mucho más preparado para acceder a un buen desarrollo de su motricidad fina, favoreciendo por ejemplo llegar a tener un buen control del lápiz sin necesidad de mucho esfuerzo y entrenamiento.
Siguiendo con el ejemplo de la lectoescritura, si lo pensamos desde el área cognitiva, una criatura que con 4 años ya es estimulada a leer y a escribir (que no es lo mismo que familiarizarse con el código escrito a través de propuestas globales), dedicará buena parte de su atención, concentración y esfuerzo a acceder a este código, pero dejando atrás o de lado, la exploración de otros aspectos de la realidad que quizás por momento de su desarrollo tendrían mucho más sentido.
En relación a la adquisición del código escrito por ejemplo podemos observar cómo estimulan esta área en infantil y a qué edad la escuela espera que los y las niñas aprendan a leer y a escribir.
El rango de edad para la adquisición de la lectura y escritura es bastante amplio si consideramos ese respeto por los tiempos y los ritmos de las criaturas, y por nuestra experiencia no deberíamos esperar que los y las niñas aprendan a leer y escribir en la etapa infantil.
Esto no quiere decir que algunas criaturas puedan hacerlo, pero lo ideal sería que esto no fuera por haber recibido una sobre estimulación, una estimulación demasiado específica, o por presión de su familia o de la escuela a adquirir estos aprendizajes precozmente.
Poner a la criatura en el centro en relación a las emociones
Incluir las emociones en el mundo escolar es algo relativamente reciente en la historia de la escuela. El problema es que algunos proyectos lo que han hecho es tratar las emociones como un contenido más a impartir, o como algo a “trabajar” a través de actividades que promueven un aprendizaje cognitivo del mundo emocional.
Esto puede ser muy contraproducente y confuso, porque puede parecer que hay más conocimiento del mundo interno emocional por parte de las criaturas cuando en realidad lo que hay es más vocabulario o acercamiento intelectual al mundo de las emociones. Pero lo importante es que no siempre esto implica un mayor autoconocimiento o autorregulación, aspectos claves del desarrollo emocional.
Entonces podemos escuchar cómo se presenta el área emocional en una escuela: ¿Se habla de acompañar la emoción o se habla de educar y/o trabajar las emociones? ¿Se hace mucha referencia a actividades específicas para trabajar esta área o se explica como algo transversal al día a día escolar?
¿Se habla de acompañar los conflictos como una fuente de crecimiento o como algo a resolver y a intentar que no sucedan?
Poner a la criatura en el centro en relación a sus necesidades fisiológicas
Aún hoy hay centros educativos que pautan cuándo son los momentos para que las criaturas vayan al baño o tomen agua.
Aún hoy hay centros educativos que obligan a las criaturas a dormir la siesta, aunque no quieran, o a permanecer en las hamacas en una habitación practicamente oscura el tiempo que sus compañeros/as duermen.
Aún hoy hay centros que obligan a las criaturas a comer determinada cantidad de comida.
Y muchas veces este pasar por encima de las necesidades fisiológicas, ya sea por obligación o por restricción está justificado “pedagógicamente” como un trabajo con los “hábitos y las rutinas”.
Es crucial comprender que este tipo de prácticas lo que hacen es obstaculizar el proceso por el cual las criaturas detectan sus necesidades fisiológicas más básicas (hambre, sed, sueño, etc) y pueden responder a ellas a través de acciones que se orienten a cubrirlas, ya sea de forma autónoma o con la ayuda de una persona adulta.
Período de vinculación, familiarización o adaptación
Este aspecto merece una reflexión extensa y si te interesa puedes leer otros artículos que hemos escrito sobre el tema, pero nos parece importante destacar que un proceso cuidado necesita al menos de estos dos elementos:
. no tener una fecha de caducidad. Preguntemos cuánto tiempo considera la escuela que puede durar el período de adaptación. Muchas escuelas definen tiempos a priori, algunos de ellos muy breves (días o una semana por ejemplo). Un período de adaptación está atravesado por muchas variables pero puede durar meses en algunos casos y esto no implica que haya algún tipo de trastorno o dificultad específica en la criatura.
. no estar acotado al inicio de I3. Puede ser necesario contemplar un proceso de adaptación en otros momentos del proceso de escolarización, por ejemplo a la vuelta de las vacaciones de invierno, o luego de un tiempo de enfermedad, o al inicio de los siguientes cursos. Y aunque puedan ser procesos muy breves es importante considerarlos.
Escuchar y dar respuesta a esta necesidad no es sobreproteger a las criaturas, es fortalecerlas ofreciéndoles entornos seguros emocionales.
¿El juego se considera una actividad central o un descanso de los aprendizajes?
El juego no debería considerarse un momento de descanso dentro de la jornada escolar, sino como un espacio pedagógico central.
La exploración con materiales diversos, el movimiento libre y el juego no dirigido son las principales fuentes de aprendizaje de la etapa infantil. Por lo tanto observemos en los horarios que propone la escuela, qué espacios hay para este tipo de actividad más libre y espontánea. Esto nos puede estar hablando de si es valorado o no como herramienta de aprendizaje y fundamental en el desarrollo.
El movimiento expansivo y el movimiento libre
¿Cuánto tiempo a lo largo de la jornada las criaturas podrán explorar el movimiento expansivo, de todo su cuerpo, corriendo, saltando, gritando, sin que esto sea visto como algo a regular o a acotar?
¿Qué tipo de psicomotricidad se propone en la escuela y con qué frecuencia se realizan las sesiones?
¿Las sesiones de psicomotricidad están enfocadas desde una perspectiva relacional y proponen espacios de juego donde explorar con libertad y donde hay lugar para que la agresividad natural pueda ser jugada y simbolizada?
¿O la psicomotricidad se plantea más como un entrenamiento de habilidades motoras y se propone a través de circuitos y retos a conseguir para lograr un mayor equilibrio, coordinación, etc.?
Es fundamental que existan espacios para el juego libre y expansivo, y que estos no se den únicamente en el momento del patio. Que existan propuestas dentro del horario pensadas para cubrir esta necesidad tan importante para el desarrollo.
Los espacios, los materiales y su disposición
Más allá de las palabras, observemos qué hay en esa escuela.
Cómo están preparados los espacios. Cómo está decorada esta escuela: ¿el énfasis está puesto en el resultado o en el proceso creativo? ¿Ponen a disposición materiales naturales para la exploración y el juego de las criaturas?
El área exterior, el patio, ¿está destinado mayoritariamente a pistas deportivas o es un espacio con diversidad de materiales, propuestas, con elementos naturales que permiten la exploración y el juego no siempre estructurado propio de los deportes o los juegos de reglas que propician los patios más tradicionales?
En las aulas de infantil, ¿las criaturas tienen acceso autónomo a materiales de plástica, construcción, juego sensorial y simbólico o estos materiales sólo están en momentos puntuales de la jornada?
Estos materiales que les llamamos no estructurados, son materiales que posibilitan ser utilizados de muchas formas y su cualidad principal es que favorecen un juego creativo y elaborativo, actividad central e importantísima durante toda la infancia (no solo los primeros años).
¿Hay espacios y/o materiales que inviten a explorar lenguajes expresivos como la música, la plástica o la danza?
¿Se introduce la tecnología en infantil o en primaria? Observemos qué lugar se le da en relación a los aprendizajes y a la vida en la escuela.
Otros aspectos a tener en cuenta que no los desarrollaremos aquí
Te dejamos otros dos aspectos que consideramos muy importantes pero que por espacio no desarrollaremos en este artículo.
En relación a la Educación Afectivo Sexual. ¿Se aborda transversalmente al proyecto educativo desde el Ciclo Infantil o se propone a modo de actividades o talleres puntuales relegándolo al Ciclo Superior? La sexualidad es un aspecto de la vida que atraviesa todas las etapas y es muy importante no relegarla a la entrada de la pubertad, sino a integrarla en todas las etapas evolutivas. En esa escuela: ¿cómo se acompañan los juegos de exploración sexual entre iguales?
Sobre el espacio y tiempo del comedor. ¿Es un equipo que está formado en la misma línea de acompañamiento que tiene la escuela? ¿Cómo acompañan a una criatura cuando no quiere comer? ¿Cómo gestionan las siestas? ¿Cómo se acompaña cuando una criatura no quiere dormir?
Para concluir
Somos conscientes que hemos abierto más preguntas que respuestas en este artículo, pero realmente creemos firmemente que la elección de la escuela es un momento que necesita de una reflexión profunda.
Es importante que nos cuestionemos qué modelo de escuela queremos para nuestras criaturas.
Las criaturas pasarán una gran cantidad de horas allí sus próximos 9 años, hemos de pensar que éste será el lugar principal de socialización con sus iguales y un lugar clave para su desarrollo integral en todas las áreas, no solo en la cognitiva, sino también en la corporal, emocional y social o relacional.
Hemos de tener en cuenta también que todos los proyectos educativos tendrán fortalezas y debilidades, y que ninguno podrá abarcarlo todo en profundidad, pero se trata de valorar qué elegimos priorizar dentro de las posibilidades que tenemos.
No dudéis en preguntar lo evidente y lo no tan evidente, en observar lo grande y lo sutil, en ver cómo os sentís mientras estáis allí recorriendo los espacios.
También es vital que pensemos que para la escuela será importante que, como familia, decidáis lo que esté más en coherencia con vuestros valores y vuestra forma de criar a vuestros hijos e hijas para que esta elección vaya en la dirección de hacer equipo y construir juntos y juntas entre familia y escuela este recorrido que tenéis por delante.
Otros artículos que pueden complementar esta lectura:
«El inicio de la escuela: ¿proceso de vinculación o adaptación?»
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